jueves, 2 de mayo de 2019

Alfred de Musset

Perdí mis fuerzas y mi vida,
y mi alegría y mis amigos;
hasta perdí incluso el orgullo
que hizo creer cierto mi genio.

Conocí un día la verdad
y me creí que era una amiga;
en cuanto yo la comprendí
y la sentí, de ella me harté.

Y, sin embargo, es eterna
y quien pasara aquí sin ella
todo ha ignorado de este mundo.

Habla Dios, hay que responderle.
Me queda un bien únicamente:
haber llorado algunas veces.

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