martes, 22 de mayo de 2018

Ayn Rand

"Es un pecado escribir esto. Es un pecado pensar palabras que otros no piensan y ponerlas en un papel que otros no ven. No hay transgresión más siniestra que actuar o pensar a solas. La ley dice que nadie puede estar solo, pues ésa es la gran transgresión, la raíz de todo mal". Son palabras del principio de Himno (1937), fábula futurista de Ayn Rand. El héroe que así habla, sin nombre, sólo un número, comete otro delito aborrecible: gasta luz, no para trabajar en provecho de todos sino escribiendo únicamente para sí. Rand, novelista y filósofa anticolectivista, estrella intelectual de la radiotelevisión estadounidense en los años cincuenta y sesenta del siglo pasado, aún sirve de guía espiritual al viejo caudillo financiero Alan Greenspan, y está de moda en el siglo XXI, proyectil ultraconservador contra el presidente Obama.
  "El dólar es el colofón de la filosofía", sentenció. Un gran dólar de flores presidía sus funerales. Murió de cáncer de pulmón. La lumbre del cigarrillo era el reflejo de la chispa que arde en la mente creadora, o así lo vio uno de sus héroes, cuando Estados Unidos propagaba cinematográfica e internacionalmente el tabaco. 
 https://elpais.com/diario/2009/12/27/cultura/1261868403_850215.html

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