martes, 4 de agosto de 2015

Las intrépidas abuelas italianas

Las intrépidas abuelas italianas que hicieron de todo (incluso un calendario) para conocer el mar

  • 3 horas
Las funne hicieron un calendario para recaudar fondos.
Las funne hicieron un calendario para recaudar fondos.
Un grupo de ancianas de un pueblo en el norte de Italia siempre soñaron con ver el mar. Trataron de posar en un calendario para recaudar fondos, pero no funcionó. Pero entonces, a uno de sus nietos se le ocurrió una idea que parecía aún más inverosímil.
Se hacen llamar "funne", que en su dialecto significa "mujeres". Su promedio de edad es de 80, muchas de ellas son viudas y la mayoría jamás ha visto el mar.
Se llaman Erminia, Iolanda y Armida, las líderes de una pandilla de abuelas y bisabuelas, todas pertenecen al Circolo Rododendro, un club de jubilados de Daone, una pequeña localidad alpina del valle de Valdaone, donde se reúnen durante unas horas, dos tardes a la semana, para charlar o jugar a las cartas.
De izquierda a derecha, Ardmidia, Erminia e Iolanda, las protagonistas de esta historia.
De izquierda a derecha, Ardmidia, Erminia e Iolanda, las protagonistas de esta historia.

Nacer y morir en Valdaone

Todas ellas han tenido unas vidas duras, como "son las de los campesinos", dice Erminia al periodista Dany Mitzman, de la BBC.
Nunca se fueron de vacaciones, su generación nunca tuvo ese hábito, ni siquiera ya de adultos. Cuentan que salir fuera nunca estuvo bien visto. "¿Sabes que algunas personas ni siquiera han estado en Trento", dice Iolanda, apuntando en dirección de la ciudad más cercana, a 60 kilómetros. "Yo tenía 20 años la primera vez que fui".
En cada imagen, cada una de las ancianas plasmó alguno de los sueños que alguna tuvieron.
En cada imagen, cada una de las ancianas plasmó alguno de los sueños que alguna vez tuvieron.
Algunos nunca han dejado el valle, insiste Erminia. "Nacen en Valdaone, crecen en Valdaone y mueren en Valdaone", asevera.
Mientras preparan unas patatas típicas de allí, discuten de ese viaje que van a hacer y que llevan media vida soñando.
Para lograrlo, comenzaron recaudando fondos hace un año organizando una venta de pasteles en una feria del pueblo. El resultado fue desalentador,cuenta el periodista de la BBC.
Pero allí se toparon con Katia Bernardi, una documentalista de la zona, que ha estado siguiendo sus esfuerzos desde entonces.
A sugerencia suya, trataron de realizar un calendario, como el que hacen los bomberos locales: 12 mujeres funne, una para cada mes.
Katia contrato un fotógrafo profesional y una maquilladora para la sesión de fotos en el Circolo Rododendro.
Lo que sacaron por el calendario y por cocinar pastelitos no fue suficiente. Necesitaban hacer algo más.
Lo que sacaron por el calendario y por cocinar pastelitos no fue suficiente. Necesitaban hacer algo más.
"Hacer el calendario era una aventura para ellas, porque algunas eran la primera vez que se maquillaban", asegura.
Para la mayoría, explica, la primera y última vez que llevaron maquillaje fue el día de su boda.
El calendario muestra con fotomontajes cómo las funne viven sus sueños personales: encima de un caballo en un rancho, en un globo de aire caliente, en un autobús de Londres e incluso colgando en un retrato en el Louvre.
Pero, a pesar de grandes esperanzas, el calendario fue un fracaso de recaudación de fondos, que ellas explican aludiendo a la desaprobación local y, tal vez, a la envidia.
Muchos vecinos, dicen, las considera demasiado viejas para tales "tonterías ridículas".

Internet entra en sus vidas

El desánimo cundió entonces. Parecía que nunca iban a conseguir lo suficiente para financiar su viaje… hasta que el nieto de Erminia sugirió realizar un crowfunding (una colecta) por Internet.
Ella admite que cuando le explicó el concepto pensó que estaba loco. "Le dije: ‘No seas ridículo, ¿quién va a dar dinero a un grupo de señoras mayores que quieren ir a la playa. Dirán: Si quieres ir a la playa, te lo pagas tú misma’".
Las
Las "funne" se reunían en un centro de jubilados de la localidad. Allí surgió la idea de ir al mar.
Pero, al más puro estilo de una varita mágica agitándose -dice Dany Mitzman de la BBC- vieron como un aluvión de donaciones llegaban desde lugares tan lejanos como Londres, Nueva York y Australia. En tres días tenían más del doble de su objetivo, y Erminia tuvo que comerse sus palabras.
Para agradecer a sus patrocinadores ellas se han comprometido a regalarles tarjetas postales, calendarios y hasta clases de cocina.
Todo el dinero adicional logrado se utilizará para ayudar en sus sueños a otras personas del pueblo. Con la condición de tener unos 60 años y, claro, ser mujeres.
Algunos de los pensionistas varones del Circolo Rododendro preguntan que por qué ellos no pueden ir. Erminia responde: "Porque no eres funne". Deja claro que es una iniciativa sólo para mujeres.
El grupo se llevará a una peluquera, una enfermera y han convencido incluso al médico del pueblo para que vaya con ellas.
Y a pesar de ello, algunas de las funne no podrán viajar por culpa de los problemas de salud. Es el caso de Chiara, que posó para el calendario pero tiene una afección cardiaca grave. A pesar de que sueña con ver el mar, le da demasiado miedo ir.
La solución a sus problemas estaba en Internet: gracias a un crowfounding consiguieron el dinero.
La solución a sus problemas estaba en Internet: gracias a un crowdfounding consiguieron el dinero.
Pero para otras, el sueño se está haciendo realidad.
Su destino es la isla croata de Ugljan, elegida por tener la misma matrona que Danoe. La Virgen de las Nieves. Su festividad es el 5 de agosto.
Ahora todo son nervios. Gente de Croacia que les escribe, la esperanza de encontrar algunos hombres croatas que bailen con ellas, que la música les guste… ¡y se dan cuenta de que aún no han comprado trajes de baño!
Y, entonces, Iolanda realiza otra confesión: "¡Ninguna de nosotras sabe nadar!".
Pero, incluso si no van a zambullirse en las olas, sin duda van a mojarse los pies.
Si tienen tiempo, eso sí, mientras escriben tarjetas postales. "Tenemos que enviar 350 a quienes nos han financiado", se lamentan.

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