lunes, 4 de mayo de 2015

Bartolomeo Cristofori

El creador del piano que revolucionó la música

Día 04/05/2015 - 14.19h

El constructor de clavincémbalos italiano encontró la forma de que se pudieran reproducir a la vez sonidos suaves y fuertes

¿Se puede entender la música actual sin un piano? Ni la actual ni la pasada y eso se lo debemos a Bartolomeo Cristofori, que, a principios del siglo XVIII, pasó de construir clavecines a inventar el piano. Aunque desconocido por muchos, fue uno de los hombres que cambió la historia de la música con sus inventos.
Italiano, de Padua, y, según cuenta la leyenda sin confirmar, aprendiz del constructor de violines Nicolò Amati. De él podría haber sacado su interés por la música, aunque apostó más por los instrumentos de teclado. Tanto que acabó inventando uno que ha llegado a nuestros días como un básico de la cultura.
Desde bien joven supo que quería ser alguien el mundo de la música. No como compositor, sino como creador. Antes del piano fueron dos sus invenciones, aunque no consiguieron el mismo éxito. La espineta era una especie de clavicordio con las cuerdas inclinadas para ahorrar espacio, algo muy preciado en los pequeños huecos en los que se colocaba la orquesta en las representaciones teatrales. Poco después, Bartolomeo Cristofori sorprendió con la original espineta oval, una especie de virginal con las cuerdas más largas a mitad de la caja.
Pero su gran éxito llegaría algo más tarde. En 1698 empezó a trabajar en el piano, aunque algunos registros lo fechan dos años después, en 1700. En esa época trabajaba contratado por el príncipe Fernando II de Médici como conservador de instrumentos, construyendo clavicémbalos, en gran parte. Le dio una gran soltura con las piezas de cuerda y teclado, hasta el punto que se atrevió a dar el paso.
CC
Gráfico del primer piano de Bartolomeo Cristofori
Bartolomeo Cristofori veía un problema en los clavicémbalos y acabó encontrando la forma de resolverlo. No ser podían tocar sonidos suaves y fuertes a la vez, así que se le ocurrió una idea y la llevó a cabo. Tardó 16 años en hablar de un «arpicémbalo» que tenía dos juegos de cuerdas y una caja de resonancia que podía producir suaves y fuertes o, en italiano «piano e forte» –de ahí el nombre con el que se acabó conociendo al instrumento–.
Cristofori creó tres pianos, todos en la década de 1720. El primero se encuentra hoy en el Museo Metropolitan de Nueva York con la inscripción original en latín del inventor: «BARTHOLOMAEVS DE CHRISTOPHORIS PATAVINUS INVENTOR FACIEBAT FLORENTIAE», –Bartolomeo Cristofori, inventor de Padua, hizo esto en Florencia– seguido de la fecha, en números romanos. Las mismas palabras que recogen sus pianos de 1722 y 1726, que se guardan en Roma y Leipzig.

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