jueves, 19 de febrero de 2015

Nelle Harper Lee

La ganadora del Premio Pulitzer rompe el silencio tras 55 años

Con su único libro vendió 40 millones de ejemplares y obtuvo el galardón más codiciado. Luego del suceso, quien fuera la coequiper de Capote en la investigación que culminó en A sangre fría, se recluyó y no publicó hasta hoy.

La ganadora del Premio Pulitzer rompe el silencio tras 55 años
Harper Lee - Igual que lo hicieron Thomas Pynchon y JD Salinger, la escritora dejó de aparecer en público, de publicar y de conceder entrevistas a los medios.
Quizás uno de los tramos esenciales de Matar a un ruiseñor –la única novela publicada de la norteamericana Nelle Harper Lee hasta ahora–sea ese donde la pequeña protagonista, Scout Finch, le pide a su maestra que le explique mejor unas palabras que su padre acaba de decirle, sobre la inconveniencia de matar pájaros en general y ruiseñores en particular. "Los ruiseñores sólo se dedican a cantar para alegrarnos. No estropean los frutos de los huertos, no anidan en los arcones de maíz, no hacen nada más que derramar su corazón, cantando para nuestro deleite. Por eso es pecado matar a un ruiseñor", responde la maestra. Esto, en el contexto de un mítico pueblo sureño en Alabama, Maycomb, atravesado por la segregación racial. La trama se despliega en los años treinta, con la crisis del '29 aún fresca y el eco de los soldados que vuelven derrotados tras la guerra de Secesión. Sin embargo, la voz de Scout –una niña– le otorga al relato un espesor propio, donde lo ominoso subyace en lo no dicho. Matar a un ruiseñor se publicó por primera vez en 1960. Fue un éxito de público y de crítica; de hecho, se calcula que lleva vendidos más de 40 millones de ejemplares en distintas lenguas a las que fue traducida. Además obtuvo el Pulitzer en 1961. Pero desde entonces su autora (amiga de Truman Capote desde la infancia, coequiper al momento de realizar esa gran investigación que fue A sangre fría) se llamó a silencio. Al igual que Thomas Pynchon o JD Salinger, su vida se sustrajo de cualquier situación pública. Pero ahora, la dama regresa. El próximo 14 de julio, Lee va a presentar su segunda novela, a 55 años de aquella única que la convirtió en un clásico de la literatura del siglo XX.
Así lo anunció el sello Harper Collins –cuyos derechos circulan por distintos lugares del mundo a través de Penguin Random House– desde su página en Facebook, en una información recogida por el diario El País. Se trata de un texto de 304 páginas llamado "Go set a Watchman". Lee lo terminó de escribir antes de Matar a un ruiseñor pero nunca la publicó. Sin embargo, los acontecimientos narrados en la obra constituyen una secuela de Matar a un ruiseñor. Así lo explica la mismísima Lee en una entrevista concedida a Hillel Italie para la agencia AP. El reportaje en sí es una rareza porque Lee habló poco con la prensa desde los sesenta. Incluso rechazó encuentros con periodistas a través de cartas manuscritas que ella misma redactaba (alguna vez dijo que si pudiera, las hubiese respondido todas con la misma frase: "Diablos, no.") Pero esta vez, la señora de 88 años, flequillo cuadrado y sonrisa amable –según fotos de visitas a institutos secundarios, donde Matar a un ruiseñor es de lectura obligatoria– sí dijo lo suyo.
"En los cincuenta, escribí Go Set a Watchman donde Scout era una mujer adulta. A mí me gustó el resultado en ese momento. Pero mi editor quedó cautivado por los recuerdos de Scout durante su infancia. Entonces me convenció de escribir desde ese punto de vista y así surgió Matar a un ruiseñor", contó. Según Lee, su amiga Tonja Carter guardó el manuscrito. Entonces hace poco la escritora decidió desempolvarlo y mostrárselo a un grupo de amigos sin hacerle correcciones. "Estoy complacida de que a ellos les haya gustado y, a la vez, me sorprende que se publique luego de todos estos años", agregó.
Según comentaron desde Harper Collins, el argumento es más o menos el siguiente: Scout vuelve a Maycomb desde Nueva York, para visitar a Atticus, su padre. En ese marco, Scout busca entender las razones que llevaron a su padre a convertirse en el abogado de un hombre negro acusado de violar a una mujer blanca, como cuenta en Matar a un ruiseñor. Pero también, la protagonista se indaga a sí misma y al lugar donde nació (se sabe, un pueblo chico puede ser también un infierno grande, más en épocas de segregación racial). Si como dijo Virginia Woolf, cada secreto del alma de un escritor se halla inscripto en su obra, la biografía de Lee permite entender la trama que sostiene sus libros. Nació el 28 de abril de 1926 en Monroeville, Alabama: la menor de los cuatro hijos del editor periodístico y abogado Amasa Coleman Lee (modelo de Atticus, claro) y de Frances Finch. Su madre murió cuando Lee era muy chica. En la escuela primaria, se hizo amiga de un chico que vivía con sus tías, Truman Person. Años después, adoptado por su padrastro, cambiaría ese apellido por el de Capote. En 1959 ella lo acompañó a Holcomb, Kansas, para investigar el asesinato de la familia Clutter. Todo indicaría que lo ayudó mucho en ese proceso y también a escribir el libro, algo que él nunca desmintió pero tampoco confirmó (como se ve en la película Capote, estrenada en 2005). En cualquier caso, la novela A sangre fría está dedicada  a Harper, como cualquiera puede observar con sólo abrir el libro. Ella comenzó a estudiar abogacía en la Universidad de Alabama y allí se quedó entre 1945 y 1949. Pero seis meses antes de graduarse, abandonó la carrera, se mudó a Nueva York con la con la idea de dedicarse a la literatura. Allí comenzó a bocetar historias de su infancia, las mismas que inspiraron Matar a un ruiseñor. El inesperado éxito del libro seguido por la masividad de la película protagonizada por Gregory Peck quizá le provocaron a Lee un efecto contrario al estímulo. Por la razón que sea, volvió a Monroeville, donde sigue viviendo. Una de sus últimas apariciones públicas fue en 2006. En esa oportunidad habló un poco con el New York Times. "No hay forma de evitar sentir que se está luchando cuando de escribir se trata. Pero a la vez creo que eso es necesario para darle a la escritura la mayor cantidad de belleza posible. Lleva tiempo transformar una idea en una gema. También requiere tiempo y paciencia hacer de la escritura un oficio artístico y son pocas las personas que parecen dispuestas a eso", dijo.  «


 
Novela consagratoria
Cuando se acercaba a los trece años, mi hermano Jem sufrió una peligrosa fractura del brazo, a la altura del codo. Cuando sanó, y sus temores de que jamás podría volver a jugar fútbol se mitigaron, raras veces se acordaba de aquel percance. El brazo izquierdo le quedó algo más corto que el derecho; si estaba de pie o andaba, el dorso de la mano formaba ángulo recto con el cuerpo, el pulgar rozaba el muslo. A Jem no podía preocuparle menos, con tal de que pudiera pasar y chutar.
Cuando hubieron transcurrido años suficientes para examinarlos con mirada retrospectiva, a veces discutíamos los acontecimientos que condujeron a aquel accidente. Yo sostengo que Ewells fue la causa primera de todo ello, pero Jem, que tenía cuatro años más que yo, decía que aquello empezó mucho antes. Afirmaba que empezó el verano que Dill vino a vernos, cuando nos hizo concebir por primera vez la idea de hacer salir a Boo Radley. Yo replicaba que, puestos a mirar las cosas con tanta perspectiva, todo empezó en realidad con Andrew Jackson. Si el general Jackson no hubiera perseguido a los indios creek valle arriba, Simon Finch nunca hubiera llegado a Alabama. ¿Dónde estaríamos nosotros entonces? Como no teníamos ya edad para terminar la discusión a puñetazos, decidimos consultar a Atticus.
Nuestro padre dijo que ambos teníamos razón. Siendo del Sur, constituía un motivo de vergüenza para algunos miembros de la familia el hecho de que no constara que habíamos tenido antepasados en uno de los dos bandos de la Batalla de Hastings. No teníamos más que a Simon Finch, un boticario y peletero de Cornwall, cuya piedad sólo cedía el puesto a su tacañería. En Inglaterra, a Simon le irritaba la persecución de los sedicentes metodistas a manos de sus hermanos más liberales, y como Simon se daba el nombre de metodista, surcó el Atlántico hasta Filadelfia, de ahí pasó a Jamaica, de ahí a Mobile y de ahí subió a Saint Stephens. Teniendo bien presentes las estrictas normas de John Wesley sobre el uso de muchas palabras al vender y al comprar, Simon amasó una buena suma ejerciendo la Medicina, pero en este empeño fue desdichado por haber cedido a la tensión de hacer algo que no fuera para la mayor gloria de Dios, como por ejemplo, acumular oro y otras riquezas.
Fragmento de Matar a un ruiseñor,
de Nelle Harper Lee.


 
La película
En 1962, Robert Mulligan dirigió la versión fílmica de la novela Matar a un ruiseñor, Gregory Peck encarnó a Atticus Finch, por cuyo papel ganó el Oscar a mejor actor.
En 2007 el American Film Institute (AFI) incluyó la versión fílmica de la novela en el puesto número 25 en una lista integradas por las 100 películas estadounidenses consideradas como las mejores de los últimos 100 años.

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