jueves, 12 de febrero de 2015

Buda



Se cuenta que en una ocasión Buda encontró a un hombre con una flecha clavada en un hombro. La gente que rodeaba al herido preguntaba qué podía haber sucedido: quién se la disparó, por qué, cuándo. Buda se dispuso a sacarle la flecha y dijo: "Cuando esté sano, él mismo se encargará de decirnos qué sucedió". Lo mismo con
los problemas de la mente: primero hay que sacar
la flecha, ya después veremos. Lo mejor para que
cicatrice una herida es olvidarte de ella y mantenerla al aire libre, a plena luz.

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