martes, 18 de septiembre de 2012

La Cueva de Chauvet

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La cueva de Chauvet permaneció por más de 20.000 años totalmente aislada del mundo exterior debido al derrumbe de un muro de roca en su entrada. En su interior, paredes incrustadas de cristales albergan un espacio equivalente a un campo de fútbol sembrado con restos petrificados de mamíferos gigantes de la Edad de Hielo.
En el año 1994, un grupo de investigadores descubrieron estas olvidadas cavernas y encontraron cientos de pinturas rupestres en un perfecto estado de conservación. Estas espectaculares obras de arte datan de hace 30.000 años y se remontan a una época donde los mamuts y leones de la Edad de Hielo dominaban Europa. Muy pocas personas han tenido acceso a la cueva de Chauvet desde entonces.

Pero todo cambia con una película de Werner Herzog. Filmada en 3D, logra capturar la sorprendente belleza de uno de los lugares más sobrecogedoras del planeta, invitando a meditar sobre nuestros antepasados, los animales con que convivían, el nacimiento del arte y la curiosidad de los visitantes actuales.
El cineasta Werner Herzog ya había sorprendido al mundo con la película documental “Encuentros en el fin del mundo” y ahora reconoce cumplir un sueño de juventud con “La Cueva de los Sueños Olvidados”.
Según comenta: “Mi despertar intelectual y espiritual está conectado a las pinturas rupestres de una cueva del Paleolítico. A los doce años, en el escaparate de una librería, descubrí la portada de un libro en el que aparecía el dibujo de un caballo, perteneciente a la Cueva de Lascaux. Me invadió un entusiasmo indescriptible: quería ese libro; necesitaba tenerlo. Como mi paga de niño era 1 dólar al mes, empecé a trabajar como recoge-pelotas en las pistas de tenis y le pedía dinero prestado a mis hermanos. Por lo menos una vez por semana, con el corazón desbocado, me acercaba al escaparate para ver si el libro aún estaba allí. Aparentemente, creía que sólo existía ese. Me llevó más de medio año poder comprar y abrir aquel libro. El estremecimiento que sentí entonces nunca me ha abandonado”.

Los métodos más precisos para datar la antigüedad de la cueva la sitúan entre los 32 y 30 mil años, lo cual la convierte en el santuario del arte rupestre. Pero no es sólo su antigüedad lo que llama la atención, sino el estilo pictórico más refinado que se encuentra en ella.

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